En mi experiencia trabajando con PostgreSQL sobre Centos, Rocky Linux, Oracle Linux y Red Hat, he tenido que aplicar una serie de prácticas clave para mantener servidores estables bajo alta demanda. No son teorías ni configuraciones genéricas, son ajustes que he implementado en entornos productivos reales.
En este artículo comparto las configuraciones básicas pero efectivas que han permitido reducir incidentes, mejorar el rendimiento y mantener la disponibilidad del servicio.
A continuación comparto prácticas reales que he aplicado en entornos productivos y que han mejorado notablemente el rendimiento y la estabilidad de los servidores.
1️⃣ La base de datos no debe competir por recursos
Siempre que sea posible, la base de datos debe residir en un servidor físico dedicado, especialmente en escenarios de alta concurrencia.
Compartir recursos con aplicaciones, servicios web u otros procesos provoca:
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Contención de CPU
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Saturación de memoria
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I/O lento en disco
Un servidor dedicado permite dimensionar correctamente CPU, RAM y almacenamiento exclusivamente para PostgreSQL.
2️⃣ Mantenimiento activo de PostgreSQL (obligatorio)
PostgreSQL requiere mantenimiento constante, no es opcional.
Es indispensable:
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Ejecutar VACUUM y VACUUM FULL cuando aplica
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Monitorear y evitar acumulación de registros muertos
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Ajustar parámetros como:
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max_connections -
shared_buffers -
work_mem -
maintenance_work_mem
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Estos valores dependen totalmente de la infraestructura, no existen configuraciones universales.
Un mal mantenimiento provoca crecimiento innecesario de la base de datos y degradación progresiva del rendimiento.
3️⃣ Registrar solo lo necesario
Guardar absolutamente todo lo que ocurre en la base de datos genera:
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Logs enormes
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Uso excesivo de disco
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I/O innecesario
Es clave definir:
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Qué eventos realmente necesitan registrarse
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Rotación de logs
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Eliminación automática de archivos antiguos
Registrar solo lo indispensable mejora el rendimiento y reduce riesgos operativos.
4️⃣ Control estricto de accesos a la base de datos
Nunca se deben permitir segmentos completos de red para acceder a PostgreSQL.
Buenas prácticas:
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Definir hosts específicos en
pg_hba.conf -
Evitar rangos amplios de IP
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Limitar accesos solo a servidores necesarios
Esto no solo mejora la seguridad, también reduce conexiones innecesarias.
5️⃣ Configuración correcta del sistema operativo
En servidores Linux, la configuración del sistema es tan importante como la base de datos.
Recomendaciones clave:
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Configurar SELinux, no desactivarlo
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Activar reuso de conexiones TCP
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Ajustar límites para evitar quedarse sin conexiones disponibles
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Incrementar el paginado (swap) para evitar bloqueos por falta de escritura
Estas configuraciones ayudan a mantener la disponibilidad incluso en picos de carga.
6️⃣ Mantenimiento del sistema y crecimiento controlado
Es fundamental implementar:
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Scripts automáticos de limpieza de logs del sistema
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Mantenimiento agresivo de tablas muy grandes
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Monitoreo constante del crecimiento del disco
Un servidor sin mantenimiento termina fallando, incluso con buen hardware.
7️⃣ Partición de tablas para alto volumen
Cuando una tabla crece demasiado, el rendimiento cae.
Una solución efectiva es:
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Crear tablas con herencia
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Implementar particiones lógicas
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Dividir grandes volúmenes en tablas más pequeñas
Esto permite mantener consultas rápidas sin perder información histórica.
Conclusión
Estas prácticas no son teóricas, son soluciones que he aplicado directamente en servidores productivos con PostgreSQL y Linux.
No eliminan por completo los problemas, pero reducen significativamente los dolores de cabeza, mejoran el rendimiento y permiten un crecimiento controlado del sistema.
Si se implementan desde el inicio, la estabilidad del servidor cambia por completo.
Estas prácticas forman parte de la experiencia compartida en Cómputo Avanzado Pixan, un espacio enfocado en soluciones tecnológicas reales.

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